domingo, 9 de diciembre de 2012

La verdadera productividad



En buena fe:



Estimados lectores, estamos  compartiendo una nota publicada en el e-magazine de Clarín "Buena vida". Escrita por Clara Badino; directora de Mindfulness Argentina (Visión Clara).




La verdadera productividad

La acción en la inacción como poderosa herramienta de cambio también en lo laboral. A través de la atención plena, esta práctica permite descubrir potencialidades latentes y alcanzar un rendimiento diferente sin agotamiento psicofísico
 
Desde la práctica meditativa de Mindfulness Atención Plena, totalizadora y no reactiva, los opuestos no son contrarios sino absoluta y naturalmente complementarios.

Surgen así dos diferentes formas de productividad: una utilitaria y otra pragmática. Dos diferentes formas de productividad, que están al servicio del poder de equilibrar.

El primer tipo de productividad es el que está tan instalado en nuestra cultura, en nuestras mentes occidentales. Es la productividad utilitaria, que persigue directamente objetivos, metas, asegurarse ganancias, multiplicación, etc.

Esta productividad utilitaria es la del hacer, hacer, hacer… No solamente hacer como forma única de vida, sino un permanente hacer esto para que suceda lo otro. Esto suele instalarse como un condicionamiento de tal magnitud que la mente se vuelve insaciable.

Cuando las personas llegan a hacer los programas a Visión Clara, muchos con diagnóstico de “burn out”, esta productividad utilitaria está instalada como única opción. Esta acción de producir se vuelve una obsesión, creando el círculo vicioso de desregulación mente-cerebro-cuerpo, donde la ansiedad puede convertirse en un trastorno que toma el timón como forma de vida.

Esta productividad utilitaria como única opción es la que las corporaciones comienzan a descubrir por evidencia científica, como una de las causas de altos niveles de ausentismo, enfermedad y muerte.

Asimismo, la ciencia demuestra cómo la persona es realmente productiva cuando se mantiene dentro de un estrés adaptativo y cómo la curva descendente comienza a darse a partir de niveles de estrés desadaptativos, donde la productividad es improductiva y riesgosa. Una productividad con un alto impacto sobre lo que es saludable.

Atención plena

Presentaré ahora la productividad pragmática, aquella que puede marcar el comienzo de una real praxis hacia un camino de productividad complementaria, diferente.
En este tipo diferente de productividad, no hay metas, objetivos. No buscamos beneficios, ganancias determinadas o predeterminadas.

Simplemente, ponemos la intención de comprometernos para pasar a una acción poderosa que es la acción en la inacción. Llamaré a esto la capacidad de parar, detenerse, observar neutralmente, darse cuenta, ver con claridad lo que está sucediendo mientras está sucediendo, prestando atención plena a los procesos.

Esta es la simple pero difícil capacidad de discernir. Discernir es diferenciar, distinguir y decidir. Una elección momentánea que puede renovarse, modificarse momento a momento.
Esta elección momentánea renovada, modificada momento a momento es el poder de adaptación que la práctica disciplinada de Mindfulness va desarrollando.

Las personas suelen confundir aprender a meditar con dejar de hacer… Una especie de pasividad que suele ser impaciente. Gradualmente se las invita a descubrir que no se trata de dejar de hacer, sino hacer lo mismo de una manera diferente.

La experiencia de hacer lo mismo de una manera diferente descubre una productividad latente, no explorada, no experimentada. Una productividad pragmática donde el tiempo reloj da lugar al tiempo experiencial y donde surge con esfuerzo pero sin forzar un rendimiento diferente y la mayoría de las veces sorprendente con una calidad de acción única.

Llamamos a esto práctica meditativa informal, que complementándose con la formal (la capacidad de la no acción) se potencian y tienen realmente un poder transformador.

Así, esta productividad pragmática, real, experiencial, en íntima interacción con la productividad utilitaria como complementaria, son aliadas poderosas en la vida personal y laboral de todo ser humano.

Cultura y contracultura

Tenemos que perderle el miedo a la palabra productividad dentro de la práctica meditativa de Mindfulness, pues vivenciarnos como productores por momentos utilitarios y por momentos pragmáticos nos da la posibilidad de encontrar sin buscar (no hay nada que buscar: todo está presente en el presente) espacios de autorregulación y equilibrio.

Así la práctica meditativa de Mindfulness Atencion Plena, reúne cultura (hacer, hacer, hacer) con lo que por momentos puede ser vivenciado como una contracultura (no hacer desde la práctica formal y hacer de una manera diferente, desde la informal: toda acción hecha con plena atención), y abre un espacio de intercultura donde estas dos productividades opuestas complementarias están al servicio de una vida plena.
 




1 comentario:

  1. Articulo interesante sobre la Neuroplasticidad de la Mindfulness. Gracias!

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